Eco Pensador
•17 Feb 2024
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La ética en enfermería guía la toma de decisiones y mejora la atención al paciente.
La salud es nuestro bien más preciado, y en su cuidado y preservación desempeñan un papel esencial los profesionales de la enfermería. En la atención médica, más allá de las habilidades técnicas y conocimientos específicos, la formación ética es un componente crucial que cimenta la confianza y seguridad en la relación paciente-enfermero/a. Especialmente para aquellos en formación del programa de Profesional Técnico en Enfermería General en México, integrar principios éticos en su práctica diaria es fundamental. Pero, ¿por qué la ética es tan importante en enfermería?
La enfermería, por su propia naturaleza, involucra una conexión humana intensa. Las enfermeras y enfermeros son quienes pasan mayor tiempo al lado de los pacientes, proporcionando cuidados, escuchando sus preocupaciones y siendo su soporte en los momentos más vulnerables. En este contexto, la integridad moral y la capacidad de tomar decisiones éticas aseguran que el cuidado del paciente se mantenga libre de perjuicios, con respeto a su dignidad y derechos.
Un pilar en la formación ética es el conocimiento y la aplicación del Código de Ética para la Enfermería en México, que establece los principios fundamentales para la práctica profesional. Los futuros técnicos en enfermería deben estudiar y comprender bien estos principios, aprendiendo cómo aplicarlos en diversas situaciones clínicas. En su esencia, el código aboga por la responsabilidad, la calidad en la atención, la confidencialidad y la continua actualización profesional, entre otros aspectos.
Por otro lado, la formación ética también se refiere al trabajo en equipo multidisciplinario. En el ambiente de salud, los profesionales de enfermería colaboran con médicos, terapeutas y otros técnicos para proveer una atención integral. La capacidad para trabajar respetando opiniones y valorando el papel de cada integrante del equipo, manteniendo siempre el bienestar del paciente como prioridad, es una habilidad moldeada por la ética profesional.
¿Cómo se refleja la formación ética en la atención al paciente? A través de acciones cotidianas, como garantizar la privacidad del paciente, mantener la confidencialidad de la información sanitaria, y defender los derechos del paciente incluso frente a decisiones institucionales. Además, un enfermero/a técnico éticamente formado sabrá equilibrar la empatía con la profesionalidad, evitando el desgaste emocional y brindando una atención centrada en la persona.
Afrontamos una era en la que la tecnología en salud avanza a pasos agigantados, y con ello, las situaciones éticas en enfermería se tornan más complejas. La formación ética prepara al Profesional Técnico en Enfermería General para abordar dilemas relacionados con la bioética, la distribución de recursos y la toma de decisiones al final de la vida. Estos escenarios requieren un juicio sólido y fundamentado en una sólida formación ética para poder actuar de la manera más apropiada y humana posible.
No hay que olvidar la importancia de la autoconciencia ética. Los profesionales de la enfermería deben ser capaces de reconocer sus propios valores y creencias, y cómo estos podrían influir en su práctica profesional. Una formación exhaustiva en ética busca ampliar la perspectiva para aceptar y respetar la diversidad cultural y de opiniones, evitando que prejuicios personales afecten la calidad del cuidado del paciente.
La formación ética inculca también la necesidad de la formación continua. Un entorno sanitario que cambia constantemente exige que los enfermeros y enfermeras se mantengan actualizados no solo en técnicas y procedimientos sino también en aspectos éticos y legales. La educación continua en ética asegura una comprensión profunda de los cambios normativos y las nuevas situaciones que pueden surgir en la práctica diaria.
Además, la formación ética en enfermería no solo beneficia el ámbito profesional, sino que también tiene un impacto social. Los profesionales técnicos en enfermería que aplican principios éticos en su trabajo contribuyen al desarrollo de un sistema de salud más justo y humano. Al abogar por la equidad en el acceso a los servicios de salud y luchar contra la discriminación, estos profesionales cumplen una función esencial en la mejora de las condiciones de vida de la comunidad.
Una adecuada formación ética va de la mano con la gestión del estrés y la resiliencia. En la ajetreada atmósfera de un hospital o clínica, las situaciones estresantes son comunes. La capacidad de mantener una práctica ética en momentos de presión es crucial y sirve como un ancla que guía la toma de decisiones y la conducta profesional. La resiliencia ética no solo beneficia al paciente sino que también protege la salud mental del profesional de enfermería.
La enseñanza de la ética en el programa de Profesional Técnico en Enfermería General no puede pasar por alto los principios de la comunicación efectiva. El uso de habilidades de comunicación éticas y efectivas con pacientes, familiares y colegas es un aspecto vital en la administración de cuidados. Estos profesionales están entrenados para actuar como intermediarios entre el paciente y el complejo sistema de salud, ofreciendo explicaciones claras y compasivas, y resolviendo dudas que puedan surgir sobre planes de tratamiento y procedimientos.
Además, la ética en enfermería comprende la promoción de un entorno de trabajo seguro y de apoyo. Al fomentar un ambiente donde se respeten los derechos y la dignidad de todos, incluyendo al personal sanitario, se crea una cultura de seguridad que beneficia tanto a los pacientes como a los profesionales de la salud. La formación ética capacita a los enfermeros y enfermeras para ser líderes en la creación de estas prácticas positivas.
Otro aspecto en el que incide la formación ética es en el compromiso con la mejora de la calidad del cuidado de salud. Al estar en la primera línea de atención, los técnicos en enfermería están en una posición única para observar y sugerir mejoras en los procesos y procedimientos. Su preparación ética los impulsa a buscar constantemente maneras de mejorar la atención, y al mismo tiempo, a ser críticos con las prácticas que puedan ser perjudiciales o injustas para pacientes y colegas.
En conclusion, la formación ética es un componente esencial en la educación de un Profesional Técnico en Enfermería General. Esta no solo dota al profesional de una guía para su práctica diaria, sino que también sirve como una brújula moral que le ayuda a navegar los desafíos éticos que surgen en el campo de la salud. Integrar la ética en el currículo de enfermería asegura que los graduados no solo sean competentes desde el punto de vista técnico, sino también comprometidos con los principios de respeto, justicia y humanidad.
Finalmente, para cualquier estudiante o profesional interesado en el campo de la enfermería en México, es esencial valorar la importancia de la ética en su formación. Los programas académicos, como el de Técnico en Enfermería General, deben ser evaluados también basándose en cómo abordan la enseñanza de la ética, ya que será esta la que guíe sus acciones a lo largo de su carrera ayudando a construir un sistema de salud más ético y eficiente para todos.
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